Por más tratamientos faciales que haya, el ácido hialurónico sigue siendo el rey. Y será muy difícil desbancarlo. Porque cada vez que entra en escena un nuevo activo cosmético, le sirve de escalera. Esa es su arma más poderosa: al combinarlo se multiplican sus beneficios. ¿Tu objetivo? Sacarle el máximo partido.
Beneficios del ácido hialurónico.
Por sí solo, es indispensable para lucir un rostro saludable. Recuerda que forma parte de manera natural en nuestra piel y su cantidad va disminuyendo a medida que envejecemos. Vamos a repasar cuál es su papel:
- Humecta e hidrata. Atrae y retiene las moléculas de agua en nuestros tejidos.
- Estimula la producción de las fibras de colágeno que sostienen la piel. Es decir, es reafirmante.
- Aporta elasticidad, pues también promueve la creación de elastina.
- Rellena arrugas y líneas de expresión.
Estas funciones hacen que nuestra piel tenga un aspecto más joven. Y, como ya hemos mencionado, conforman la base idónea para añadir otros activos cosméticos.
Combina el ácido hialurónico con estos activos:
- Silicio orgánico. También está presente de forma natural en nuestro organismo. Y, a parte de compartir funciones con el ácido hialurónico, es antioxidante: combate los radicales libres que atacan a nuestras células. O sea, el combo ideal contra el envejecimiento prematuro de la piel. Para uso corporal, reduce la flacidez y las estrías.
- Centella asiática. Este ingrediente es de los más venerados por las profesionales de la estética. Y es que surge de una planta con muchísimas propiedades. Entre otras acciones, protege, repara los tejidos y favorece la cicatrización. Excelente para las pieles más dañadas.
- Proteoglicanos. En realidad, el ácido hialurónico pertenece a esta categoría de moléculas de proteínas. Y aunque es el más conocido, no es el único. Los proteoglicanos suelen presentarse en ampollas acompañadas de otras sustancias como vitaminas, glucógeno, melatonina… Su principal beneficio es, además de hidratar y nutrir en profundidad, que aporta una luminosidad visible.
¡Dale un toque de color!
Si lo que quieres es suavizar el tono, que sea más uniforme y reducir manchas, tu combinación ganadora es ácido hialurónico más Bymglow.
Bymglow es un tratamiento de color efecto BB Cream permanente y sin sensación de llevar maquillaje. ¿Cómo lo consigue? Difuminando progresivamente las imperfecciones, no tapándolas. Disminuye el tamaño de los poros, atenúa las ojeras y alisa líneas de expresión. Y es tan versátil que funciona hasta como tratamiento para las manchas de las manos.
Actúa en la capa epidérmica proporcionando hidratación y luminosidad.
Está disponible en 4 tonos, por lo que se adapta a cada piel con un resultado muy natural.
Aplícalo con Dermapen.
El ácido hialurónico en sérums y mascarillas es recomendable para incluir en la rutina diaria. Pero si lo que buscamos recuperar la vitalidad de la piel y mantenerla a largo plazo, la aplicación manual no es suficiente.
Y no, no es necesario inyectarlo. Te proponemos un sistema que está a medio camino entre ambas opciones.
El Dermapen es un instrumento que, mediante unas puntas milimétricas de acero quirúrgico, hace penetrar los activos cosméticos en la epidermis. Tú misma puedes regular la profundidad a la que vas a trabajar. De esta forma, las sustancias (siempre y cuando sean líquidas) no se quedan en la superficie y los resultados serán más duraderos.
Sabes lo que queremos decir, ¿verdad? Efectivamente: sirve para introducir tanto el ácido hialurónico como los activos con los que decidas combinarlo. De hecho, es el sistema pensado para el tratamiento de color Bymglow.
Si ya se ven los resultados en la primera sesión ¡imagínate al cabo de 3 o 4!
¿Quieres aprender a aplicar activos cosméticos con Dermapen?
En este artículo te explicamos con detalle todo lo que tienes que saber antes de empezar a utilizarlo. Pero si lo que deseas es ponerlo en práctica, te recomendamos una formación presencial. Encuentra las fechas y ciudades disponibles en nuestro calendario de cursos.