Si no usarías el mismo maquillaje con todas tus clientas ¿por qué aplicarles la misma base de uñas? Cada piel es un mundo y cada uña también.
Escamas, manchas amarillas, sequedad… son condiciones que una base de esmaltado genérica no suele solucionar. Por eso deberíamos emplear una que, además de ser profesional, trate en profundidad el problema concreto.
¿Cómo saber cuál elegir en cada caso?
Base para lograr unas uñas fuertes
Sabemos lo complicado que es encontrar unas uñas sanas que de gusto esmaltar. Sobre todo, después de tantas manicuras permanentes y extensiones.
Para recuperar las más frágiles y quebradizas existen fórmulas como el Fortifyer, con hierro, ácido fólico y vitamina B.
Base anti-amarilleamiento
Hay diversas formas de prevenir la aparición de manchas amarillentas en las uñas. Pero, para personas que ya lo han sufrido, es importante utilizar una base fortalecedora y blanqueadora. A parte del archiconocido extracto de árbol de té, estos son otros dos componentes clave: el ajo y el limón.
Base nutritiva para uñas secas
La hidratación es esencial para lograr una adherencia correcta de los esmaltes. Recupérala con una base rica en ácidos grasos y ceramidas vegetales, como las provenientes de la Rosa Mosqueta. ¡Es buena idea tenerla a mano tras el verano!
Base anti-escamación
Si hay algo que dificulta el esmaltado son las estrías y las escamas. Evita su formación desde el crecimiento de la uña aplicando siempre una base específica para este problema. Verás que poco a poco se irán fortaleciendo.
Nosotros, por supuesto, te recomendamos que pruebes las bases de tratamiento de Masnails. ¿Por qué? Porque además las hemos enriquecido con aceite de ricino, queratina y vitamina E: 3 componentes que ayudan a prevenir cada uno de estos problemas.
Tras aplicar la base de tratamiento indicada, puedes dejar la uña al natural o darle color de la forma habitual. ¡Las uñas estarán protegidas!