Quizás en un principio no lo hayas pensado. Es lógico: la higiene de las manos es incuestionable (y más en los tiempos que corren). Pero lo cierto es que cada vez son más las personas que acuden a los salones de manicura con las uñas débiles. Nuestros hábitos han cambiado y nuestras uñas, como el resto de nuestro cuerpo, deben adaptarse.
En primer lugar, identifiquemos si es tu caso.
Estos son los signos de unas uñas débiles:
- Se han vuelto más delgadas de lo habitual.
- Se quiebran fácilmente.
- Crecen muy despacio.
- Se deshojan a menudo, es decir, se “abren a capas”.
Aunque en algunos casos esto es síntoma de un problema de salud (incluidos los dermatológicos derivados del estrés), la mayoría de las veces se debe a causas externas. Por ejemplo, la exposición a determinadas sustancias químicas.
A estas alturas ya habrás comprobado que el uso continuado de jabones y geles hidroalcohólicos reseca la piel de las manos. Con las uñas pasa lo mismo.
El lavado continuo deshidrata también las cutículas y la lámina ungueal, provocando que se dañen. Y esto no solo tiene consecuencias estéticas. A efectos prácticos, la falta de salud en las uñas dificulta conseguir un esmaltado duradero. Entonces:
¿Cómo proteger las uñas de los higienizantes?
- Cuando sea posible, prioriza el uso de guantes (sobre todo a la hora de limpiar o desinfectar superficies).
- Las lleves pintadas o al natural, haz énfasis en la hidratación de las cutículas. Aplica a diario un aceite específico en la zona de la piel y sobre la lámina de la uña.
- También en ambos casos, recurre a una base de tratamiento profesional. Hay una para cada problema concreto. Si lo que necesitas es recuperar el bienestar de tus uñas de forma urgente, combina una base fortalecedora con un tratamiento para cutículas a base de ácido hialurónico. Aplícalos a diario para acelerar el resultado.
- Si optas por darles color, acaba la manicura con un brillo o finalizador adecuado para tu tipo de esmaltado.
- Escoge un removedor o quitaesmalte sin acetona, ya que esta sustancia solo las resecará más.
Sea como sea, los nuevos hábitos de higiene han venido para quedarse. ¡No dejes que afecte a tu manicura!